Para
muchos el fin, la última etapa que existe y para otros el principio de un mejor
estar. Una nueva vida, una nueva etapa eso es para mí la muerte. Aunque todos
coincidimos en que es doloroso y lloramos cuando se nos va alguien que queremos
y con la que hemos vivido grandes y malos momentos, pero así es el último ciclo
de la existencia en la Tierra.
Recientemente falleció mi profesor, un gran
profesor al que en tan solo un año le cogí mucho cariño. Era la primera vez que
fallecía alguien cercano a mí, alguien que conocía y recordaba momentos con él,
así que no supe cómo actuar cuando me contaron lo que sucedió, me quede sin
movimientos, sin pensamientos, sin saber que decir; bueno supongo que todos
reaccionamos así cuando nos dicen que alguien ha fallecido. Para mí la muerte
es la tristeza para la Tierra y la felicidad para el Espíritu. Lejos de
religión, ética o ciencia, la muerte duele y es cuando más piensas en esa
persona, en lo buenos momentos y muchas veces en los malos y en lo que debías
haber cambiado para que la relación con esa persona haya sido mejor, pero
cuando vuelves a la realidad ya sabes que no hay nada que hacer.
Lo
único que puedes hacer cuando esto te pasa es llorar, llorar y llorar;
desahogarte, no importa lo que la gente piense, no importa si te están viendo,
pero desahógate hasta que el corazón te diga ‘ya no puedo más’ y ahí es cuando
piensas racionalmente y te das cuenta de que la persona que se ha ido no
hubiera querido verte sufrir. No te hagas a la idea de cómo saldrás adelante, de
cómo será a partir de ahora tu vida sin esa persona tan necesaria.
Solo
deja que el día, la semana, el mes se vaya y veras que la persona que se ha ido
será reemplazada por otra que llenara el vacío que te dejaron, aunque siempre tendrás
a esa persona en tu memoria, que es donde siempre tendrás lo mejor de esa
persona que ya no está en la Tierra, pero si entre nosotros. <3.
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