El presidente que todos quisieran. (Lecciones de humanos).

En estos días, he estado reflexionando sobra las grandes preguntas de los seres humanos.
¿Quienes somos?
¿A donde vamos?
¿De donde venimos?

Aunque todavía no logro encontrar una respuesta que me satisfaga, que me llene, como yo quiero, he estado buscando en Internet a personas que hacen algo por la sociedad. A personas que se les puede llamar al 100% SERES HUMANOS. Y se preguntaran ¿porque dice esto? pues por el simple hecho de que por que nos hagamos llamar seres humanos, no quiere decir que lo seamos.
Creemos ser superiores a los animales pero en realidad somo inferiores, pero no me refiero a todos, me refiero a tipos como Bárcenas, Urdangarin o Ariel Castro. Esas personas asesinas, ladronas, mentirosas son un tipo de castidad aun mas baja a la de los animales.
Pero hoy mismo me recordé a un señor que merecía todos mis respetos, un señor que en su pais lo aman y que a la aristocracia corrupta lo rechaza. Estoy hablando de Jose Mujica, presidente de Uruguay, este señor hace lo impensable para tantos políticos, que es en vez de recibir, dar.

Me llamo mucho la atención su intervención en la cumbre de Río De Janeiro en 2012, en la que manifestaba su descontento con esta sociedad de consumo, con lo que estamos haciendo al medio ambiente y con lo sordos que nos convertimos al no hacer nada para parar esta situación que nos ha llevado a la peor de las crisis mundiales.








Lo mas sorprendente de este presidente, aparte de no callarse lo que piensa y de reconocer su amor por el planeta, es que dona el 90% de su sueldo como presidente de Uruguay a su partido y a la construcción de viviendas sociales. Convirtiendose en el presidente mas pobre del mundo.

El capitalismo nos ha absorbido. Sinceramente si las personas fueran un poco mas 'seres humanos' el mundo no estaría como esta ahora. Donde los pobres siempre serán pobres y lo ricos siempre serán los que controlen los hilos de la población. Pensar que ha habido tantas luchas para que el proletariado tenga derechos y que ahora, en pleno siglo XXI, ni si quiera se escuchen, es algo que decepciona.